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Intrigada por la presencia del yaguareté, Arasy tomó la decisión de quedarse y entablar una conversación con él. Para su asombro, el yaguareté comenzó a hablar en una voz profunda y llena de sabiduría. Se presentó como Tekove Poti, el espíritu guardián de la selva. Y juntos, emprendieron un viaje en busca de una reliquia sagrada capaz de salvar a su mundo de esta terrible maldición, que lo ha envuelto todo en un manto de oscuridad.


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