Arasy y su nuevo compañero decidieron buscar la ayuda de los ancianos de su aldea. Al llegar, los sabios escucharon atentamente su relato y decidieron compartir un conocimiento. Ellos revelaron, que para devolver la luna llena al firmamento, deberán obtener la Esencia del Corazón de la Tierra, una piedra mística oculta en las aguas del Salto Encantado.

Guiados por estos sabios, Arasy y el yaguareté emprendieron un peligroso viaje hacia el lugar, enfrentando desafíos y superando pruebas. Su viaje se vió finalizado cuando alcanzaron la cima del salto y descubrieron un cristal místico brillando de forma tenue. Con suma precaución, Arasy y Tekove Poti tomaron la roca y retornaron a la aldea, donde los ancianos realizaron un antiguo ritual para liberar su poder y restaurar la luna llena en el cielo.
Los ojos de Arasy se iluminaron de alegría y ella comprendió que el equilibrio y la armonía son fundamentales. Todos en su aldea, supieron que el yaguareté nunca fue su enemigo, sino más bien su protector.